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miércoles, 8 de febrero de 2017

UN BALANCE DE OBAMA, EL GRAN DEMAGOGO DEL 1%

Comparto lo que dice el economista Michel Hudson: “La razón por la que es mucho peor que el presidente Bush o incluso el presidente Clinton es que el 2008 fue un punto de inflexión potencial. Cuando uno mira quiénes son los grandes presidentes de la historia, uno piensa efectivamente en quién fue presidente durante una gran guerra u otro punto de inflexión. Obama prometió esperanza y cambio. Pero eso era toda demagogia. No produjo ninguna esperanza ni cambio. O mejor dicho, la esperanza era para Wall Street. Entregó a su electorado a sus patrocinadores de Wall Street. En lugar de hacer un cambio, cambió la economía en beneficio de Wall Street. Entregó el tesoro a Robert Rubin y a su pandilla de Wall Street que había apoyado a Bill Clinton. Rubin se había apoderado del banco más corrupto del país, Citigroup. Sheila Bair en la F.D.I.C. (Federal Deposit Insurance Corporation) quería cerrarlo y convertirlo en una entidad pública. Pero Obama entregó el Departamento de Justicia a factótums de Wall Street como Eric Holder, quien se negó a mandar a la cárcel a ninguno de los banqueros corruptos. Así que, básicamente, Obama hizo que parezca como si estuviera representando a la misma gente a la que hundió y aplastó. Justamente lo mismo que cuando él se abalanzó sobre ellos en su trabajo en Chicago, cuando gentrificó el barrio negro de la ciudad, haciendo miles de millones de dólares en ganancias de bienes raíces para las familias Pritzker y Crown. Él fue capaz de entregar a su electorado a sus patrocinantes ricos, usando falsas promesas y una ‘lengua de oro’.”
Es exactamente así. Barack Obama fue la gran estafa al pueblo norteamericano y al mundo. En 2008, las condiciones de gran crisis estaban dadas para que pudiera ocurrir un cambio, así sea en el sentido reformista, tal como lo hizo Roosevelt luego de la Gran Depresión. Pero no: Obama fue justamente el placebo que el imperio anglosionista ofreció para que la crisis no significara ninguna ruptura del régimen imperial sino su peor continuidad. Ni siquiera fue el cambiar algo para que nada cambie. Obama fue sólo una imagen de cambio: algunas iniciativas enanas, sólo cosméticas, como para aparentar y demostrar buenas intenciones mientras lo fundamental para el establishment estaba a salvo de cualquier cambio importante. La “lengua de oro” pudo así ejercer su engañoso encantamiento, tranformando la esperanza y el optimismo en una hipnosis paralizante y estúpida para anular y esterilizar la resistencia.
Siendo Obama absolutamente orgánico de la plutocracia globalista, todas sus cualidades personales, sean éstas sus características empáticas, su capacidad de elaboración, su piel morena, su capacidad retórica, lo que sea, en definitiva son armas al servicio del régimen plutocrático. Las buenas intenciones no sólo son el empedrado del camino al infierno sino, peor aún, son los cantos de sirena que desvían del camino a quienes esperaban un cambio. Obama no fue leal al pueblo, sino al capital financiero y al imperialismo militarista que promueve guerras en todo el mundo. Un recorrido por el desempeño de este presidente del Partido Demócrata así lo demuestra de manera incontrastable.
Lo que sigue es una recapitulación de sus presidencias, abordando los diferentes elementos para poder concluir en un balance más o menos objetivo de ellas.

-Salvamento de los bancos y del 1%, en contra del pueblo y de los trabajadores de los Estados Unidos:
Cuando Obama asumió, en Enero de 2009, ya se había producido el crack financiero de la implosión de los créditos sub-prime, con quebrantos y pérdidas colosales. Lehman Brothers, Merryll Lynch, Bear Stearns, Citigroup, Indy Mac, Freddie Mac, Fanny Mae, la compañía de seguros AIG, el banco American Home Mortgage, la Washington Mutual (la mayor caja de ahorros de los EEUU), fueron algunas de las más importanes instituciones financieras y bancarias que sufrieron enormes desbalances. El Estado gastó, durante la segunda mitad de 2008, unos 900.000 millones de dólares para nacionalizar o sostener entidades quebradas. Apenas asumió Obama se aprobaron otros 800.000 millones de dólares para ser transferidos al sistema financiero. Y a lo largo de sus dos mandatos, esta línea de respaldo a Wall Street continuó invariable.

-Aumento de la deuda nacional:
Durante Obama el festival de emisión de dólares y títulos de deuda continuó. Según los datos correspondientes al año 2015 la deuda del Estado de los Estados Unidos corresponde al 105,15 % del Producto Interno Bruto, siendo además el segundo país del mundo por su deuda per cápita, después de Japón, país más endeudado del mundo que, a su vez, a noviembre de 2016, es el país principal tenedor de bonos del Tesoro de los Estados Unidos, o sea, el principal acreedor externo (la mayoría de los títulos de deuda del Tesoro la poseen tenedores domésticos, de Estados Unidos), aún antes que China, que es el segundo acreedor internacional del Tesoro yanki.

-Deslocalización de los medios de producción industrial:
Durante Obama, continuó el proceso de deslocalización de medios de producción industrial hacia los lugares con más bajo valor de la fuerza de trabajo, lo que provocó un incremento sensible de la desocupación dentro de los EEUU y el deterioro de la base económica real de la economía nacional. La infraestructura se fue desgastando y las industrias se fueron al exterior. Ganaron las corporaciones, pero se erosionó la nación estadounidense.

-Tratados de Libre Comercio Transatlántico, Transpacífico y Tratados TISA (Trade in Services Agreement) y ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement):
Durante las presidencias de Obama el gobierno de Estados Unidos promovió una serie de acuerdos de libre comercio intentando configurar todo un espacio donde las corporaciones y la plutocracia anglosionista tuvieran más poder que cualquier estado nacional, de forma tal de que la fuerza de trabajo, los recursos naturales y los mercados estuvieran totalmente a disposición de su explotación y aprovechamiento por el capital financiero anglosionista, con sus corporaciones de toda naturaleza. El despliegue de esta arquitectura sencillamente toma a Estados Unidos como centro (por ser el activo más poderoso de este imperio) y, geográficamente, extiende el poderío corporativo hacia ambos lados: hacia el Atlántico y hacia el Pacífico, sumándole a ello el Tratado de Comercio de Servicios (TISA) y el Acuerdo Comercial Antifalsificación (ACTA), que no tienen referencia geográfica.
Es directamente la consagración del poder de esa plutocracia mucho más allá de las fronteras de los Estados Unidos y de los propios intereses nacionales de Estados Unidos. Para los países vasallos y para los pueblos significa el rediseño total hacia sociedades tecnocráticas sin ningún tipo de límite en cuanto a la defensa del medio ambiente y de las condiciones de vida de los pueblos. Es el poder abusando de la tecnología, y la tecnología retroalimentando y potenciando el abuso. Es la desregulación económica total por parte de los Estados en beneficio de las corporaciones y del capital financiero anglosionista, al mismo tiempo que la constitución de un totalitarismo transnacional a través del control de la información y de la acción de inteligencia casi absoluta sobre el individuo. Es el proyecto de la globalización del imperio anglosionista.
Afortunadamente, estas iniciativas cuyo tratamiento intentó mantenerse en el más absoluto secreto, no pudieron concretarse tal como fueron ideadas. Los tratados de libre comercio no pudieron consumarse, y los acuerdos por derechos de propiedad intelectual y de comercio de servicios tampoco. Hoy, con el ascenso de Trump, esa arquitectura deja de ser plausible.

-Continuidad del sobredimensionamiento del aparato militar/de seguridad donde se mantuvieron o aumentaron, en términos relativos, los colosales presupuestos militares:
En promedio, a precios constantes, los gastos militares en relación al PBI en el período de Bush (2001-2008) estuvieron en el orden del 3,6 %, mientras que el promedio entre 2009 y 2015 estuvo en 4,1 %. Con Obama, el gasto militar de los Estados Unidos se mantuvo, lejos, en el primer lugar, con el 36 % del gasto militar total del planeta (SIPRI, 2015), aunque en sus últimos años éste tuvo tendencia a bajar.

-Mantenimiento de la prisión militar en Guantánamo:
Contradiciendo sus explícitas promesas electorales, Obama no cerró la prisión de Guantánamo ni liberó a todos los detenidos allí, personas que fueron privadas absolutamente de todos sus derechos, desaparecidos en vida en el agujero negro de ese macabro campo de experimentación con humanos. Aún quedan 41 detenidos allí.
Antes de abandonar su cargo, Obama envió una carta al Congreso pidiendo el cierre de Guantánamo y criticando a los legisladores. Estas imploraciones sólo salvan las apariencias. En los hechos, Obama no tuvo la determinación necesaria para cumplir ésta y tantas otras promesas de campaña.

-Impunidad y encubrimiento sobre los atentados contra las Torres Gemelas:
Como es sabido, en contra de la opinión pública de los EEUU, donde está bastante consolidado el descrédito sobre la versión oficial de los atentados, el gobierno de Barack Obama fue un activo encubridor de los criminales que llevaron adelante esta masacre, que fue una operación de falsa bandera del Estado profundo anglosionista para conmocionar al pueblo y comprometerlo en nuevas guerras. Obama destituyó funcionarios, realizó maniobras para impedir que la Verdad se oficializara, vetó la “ley de justicia contra los patrocinadores del terrorismo” (JASTA, por sus siglas en inglés, es una ley impulsada por los familiares de las víctimas de la masacre del 11 de Septiembre de 2001 que permite demandar a otros Estados, como Arabia Saudita o Israel, por su responsabilidad en esos atentados), etc., etc., impidiendo así que los verdaderos culpables fueran juzgados y castigados por sus crímenes.

-Asesinatos mediante bombardeos con drones:
Durante las presidencias de Obama, principalmente durante la primera, se consolidó un macabro ritual: diariamente, evaluar y analizar, dentro de una “kill list” (que era actualizada una vez por semana en una teleconferencia de cerca de 100 analistas), cuáles serían las personas a ser asesinadas por Estados Unidos en Pakistán, Afganistán, Yemen, Somalía, mediante drones teledirigidos que lanzan bombas en las viviendas o lugares donde la CIA señalara como el lugar donde habrían de estar los sujetos a ser abatidos. Por supuesto que, además de la ilegalidad e inmoralidad de estos asesinatos, la precisión, en estos casos, no es algo que le preocupe algo al gobierno yanki. De esta manera, además de la persona señalada como objetivo siempre mueren muchos más, y no sólo “combatientes” (si los hubiera), sino mujeres, niños, ancianos, cualquiera que esté cerca de o en lugar de las explosiones.

-Golpes de Honduras, Paraguay, Ecuador, Bolivia, Brasil, y etc., etc.:
Bajo la presidencia de Obama los planes intervencionistas de los Estados Unidos en América Latina no sólo tuvieron continuidad sino que se profundizaron. Concretamente, a sólo seis meses de haber asumido su presidencia Obama ejecuta con éxito el golpe en Honduras, contra el presidente Manuel Zelaya, que poco tiempo antes había incorporado a su país a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. En 2010 se produce el golpe, fallido, en Ecuador, donde el presidente Rafael Correa corrió serio riesgo de ser asesinado por un motín policial cuyo objetivo era, justamente, voltear al presidente. Más tarde ocurriría el golpe en Paraguay, logrando la destitución del presidente Fernando Lugo, y conspiraciones policiales similares a las ocurridas en Ecuador ocurrieron en Bolivia pero fueron abortadas oportunamente por Evo Morales. En realidad se trata de un accionar constante de desestabilización contra los gobiernos que, aún sin plantear una animadversión con los Estados Unidos, tengan la pretensión de gobernar con cierta independencia y soberanía nacional. Venezuela es el país más asediado con varias operaciones golpistas fallidas por parte de Estados Unidos y sus aliados, siendo una de las más importantes la “Operación Jericó”, donde se planeaba bombardear Caracas y asesinar a varios líderes chavistas. El golpe más importante, como culminación de la política de Obama hacia América Latina, es el que se produce en Brasil, donde destituyeron a la presidenta Dilma Rousseff.

-Iniciativa Mérida y deportaciones masivas desde EEUU:
El gobierno de Obama continuó la Iniciativa Mérida, o Plan Mérida, que es el plan que iniciaron George W. Bush y Felipe Calderón, presidente de México entre 2006 y 2012, a través del cual los Estados Unidos sometieron totalmente a México, poniendo al Ejército y las policías directamente bajo mando norteamericano y al Estado mexicano penetrado totalmente por el capital financiero anglosionista. Este plan es similar al Plan Colombia, aplicado por EEUU en el país homónimo.
Este plan consiste en “ayudas” de millones de dólares que EEUU le da a México para dirigir, organizar, entrenar y armar a las fuerzas militares-policiales de México para que combatan a los carteles del “narcotráfico”. Es un plan de total colonización y destrucción de México. Al mismo tiempo que los EEUU pasan a tener el comando directo de las fuerzas militares mexicanas, los yankis incentivan la formación de los carteles narcos y les proveen armamento a través de operaciones como “rápido y furioso”, donde EEUU, por supuesto que de manera encubierta, proveyó a esos carteles de México de miles de fusiles y carabinas. Hay una complementación entre los carteles norteamericanos de distribución de droga en el principal mercado del mundo y los carteles mexicanos que hacen llegar la droga al país “number one”. El poder financiero anglosionista también provee a todas estas redes narcos los mecanismos de lavado del dinero negro. Los medios prostitutos, por otra parte, construyen el “enemigo narco”. En síntesis: los anglosionistas controlan todas las fases de un proceso, el narcotráfico, que es un fenómeno característico de este imperio a lo largo de su historia (recordemos la “guerra del opio” en China).
Así, se construye la operación de sometimiento de México a través de la militarización imperial del país y la ejecución del terrorismo estatal y paraestatal (ejecutado por los escuadrones de la muerte) contra el pueblo. Resultado: decenas de miles de muertos y desaparecidos, masacres, extensión del narcotráfico como una de las principales actividades económicas y políticas (en tanto sistema imperialista de dominio territorial y social), sometimiento dictatorial del pueblo mexicano, convirtiéndolo en fuerza de trabajo barata asalariada en los dos lados de la frontera y, directamente, en esclavos objeto de todo tipo de trata.
De esta manera EEUU pudo avanzar también en todos los demás campos de la soberanía mexicana, principalmente sobre los riquezas de hicrocarburos a través de la privatización abierta o encubierta de PEMEX. Además pretende avanzar también con la agricultura trasngénica, que si se impone causará un gran daño a los agricultores y a la biodiversidad de uno de los países más dotados en este sentido. La resistencia del pueblo mexicano ha podido frenar hasta el momento que las grandes corporaciones de transgénicos estilo Mosanto hayan podido implantar plenamente sus sistemas de depredación agrícola.
El fenómeno de la emigración desde el sur del río Bravo hacia los Estados Unidos está totalmente relacionado con la dominación imperial sobre los países latinoamericanos. La consecuencia de esta dominación es miseria, pauperización, criminalidad, tráfico y adicción a las drogas, desintegración social, desesperación. Todos elementos que empujan a los marginados a intentar encontrar mejor suerte cruzando la frontera con EEUU. De esta manera, por un lado, EEUU promueve una política que genera las condiciones para que haya millones de personas que quieran emigrar de sus países de origen, y por otro el mismo EEUU tiene toda una maquinaria fronteriza que abusa escandalosamente de ellos y se constituye en reguladora de un tráfico humano que tiene la misma naturaleza que el que ocurría cuando los europeos (España, Francia, Holanda, Portugal, Reino Unido, Dinamarca) llevaban africanos para esclavizarlos en ultramar, entre los siglos XVI y XIX.
A pesar de que Obama pretendió legalizar a una parte importante de los inmigrantes, fue impedido finalmente por el Congreso y por la Corte Suprema y terminó su mandato habiendo sido el presidente que más inmigrantes deportó: casi 3 millones.

-Decreto contra Venezuela:
En Marzo de 2015 Obama decretó una orden ejecutiva que declaró a Venezuela como "amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidenses", estableciendo la suspensión de visas y la congelación de activos en territorio estadounidense de siete funcionarios militares y policiales venezolanos. Por supuesto que esto es parte de la escalada agresiva que Estados Unidos viene desplegando contra Venezuela con fin de derrocar la Revolución Bolivariana y al actual sucesor de Hugo Chávez, Nicolás Maduro.
En este sentido, la importancia de este decreto radica no sólo en la propaganda que el anglosionismo hace para criminalizar a Venezuela Bolivariana, sino en que habilita legalmente al Poder Ejecutivo yanki a involucrarse de manera más directa en la desestabilización político-militar de este país Sudamericano.

-Golpe en Ucrania y guerra contra las regiones de Nuevarrusia, Dónetsk y Lúgansk:
Tal como lo reconoció Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado para Asuntos Europeos y Eurasiáticos, la funcionaria de Obama a cargo de la desestabilización de Ucrania, Estados Unidos invirtió en ese país eslavo 5.000 millones de dólares preparando el golpe de Estado que destituyó al presidente constitucional, Víktor Yanukóvich, y puso en el gobierno al magnate Petró Poroshenko, el que encabeza la camarilla de la estrecha alianza entre neonazis y sionistas fanáticos (¿cómo? ¿los nazis no son antijudíos, y los judíos, antinazis?) que todavía hoy está en el poder.
El Euromaidan, tal uno de los nombres del movimiento de desestabilización nazi-sionista de Ucrania, en perfecta sintonía con la manera como accedió al poder, inmediatamente se constituyó en una tiranía anti-rusa, cometiendo todo tipo de crímenes, de masacres contra la población civil pro-rusa, desatando una guerra contra las regiones del Este que no reconocen al nuevo gobierno surgido del golpe, guerra que aún hoy continúa.

-Invasión de Libia:
En 2011, Estados Unidos decidió destruir Libia, el país más avanzado de África, que bajo el gobierno de Muammar al-Gaddafi había logrado tener el índice de desarrollo humano más alto de ese continente y más alto que muchos países “emergentes” promocionados por la prensa prostituta. La forma de destruir este país no fue como había hecho Bush hijo en Afganistán e Irak, con una invasión franca y masiva de tropas norteamericanas, sino mediante una guerra híbrida y con la intervención mucho más protagónica de los vasallos de EEUU. Aquí Obama combinó el establecimiento de la exclusión aérea con bombardeos masivos de la OTAN y de otros países que no integran esa alianza. Los países directamente comprometidos en el dispositivo militar conjunto fueron EEUU, Francia, Italia, Reino Unido, España, Suecia, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Canadá, Noruega, Grecia, Rumania, Bulgaria, Turquía, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. De esta manera, cazas y bombarderos de numerosas naciones bajo el mando norteamericano participaron de miles de misiones que lanzaron toneladas de bombas. Además de los bombardeos, en el terreno el dispositivo consistió en la utilización de mercenarios terroristas, en su mayoría árabes, bajo el mando de comandos de la OTAN, una gran parte europeos. Todo esto combinado con una infernal campaña de propaganda no sólo para justificar esta agresión injustificable (según Occidente, la OTAN lo hizo por la “responsabilidad de proteger” a los civiles del “sanguinario” Gaddafi) sino también para desorientar la resistencia armada de los patriotas libios, al punto de haber realizado, en instalaciones cinematográficas en Qatar, un montaje estilo Hollywood que simuló la Plaza Verde de Trípoli siendo tomada por los enemigos de Gaddafi, montaje transmitido hacia Libia y el mundo para hacer creer a su pueblo y al mundo que Gaddafi estaba siendo derrotado.
La destrucción de Libia, en sólo 9 meses, representó el punto culminante de la estrategia de “las revoluciones de colores”, y el punto culminante de su versión en clave árabe, denominada “primavera árabe”. El “divide y vencerás”, el desastre que los imperialistas denominan de manera elegante como “caos constructor” o también como “caos controlado”, tuvo en Libia su expresión más acabada: hoy Libia es un país desintegrado, en guerra constante entre diferentes bandas armadas, y la armonía que Gaddafi había logrado entre las diferentes tribus gracias a su programa patriótico y de democracia directa, es cosa del pasado. Todo un éxito para la política anglosionista. La secretaria de Estado Hillary Clinton, sin el más mínimo decoro, entre groseras risotadas, espetó con soberbia: “vine, vi y murió”, parafraseando la frase cesárea para burlarse del martirio del líder africano Muammar al-Gaddafi (todo esto nunca fue ni criminal ni soberbio para las perfumadas estrellas de Hollywood estilo Meryl Streep).




-Invasión de Siria:
Contrariamente a lo que dicen los pervertidores del lenguaje, en Siria nunca hubo una “guerra civil”, sino una invasión encubierta, una operación similar a la realizada sobre Libia, e iniciada al mismo tiempo, a comienzos del 2011. Las “revoluciones de colores” son una doctrina imperialista de acción desestabilizadora empleada por el imperio anglosionista contra todo país que pretenda ser independiente. La emplearon contra China entre abril y junio de 1989, en la fracasada revolución de color que Occidente propagandiza como “masacre de Tiananmen”, y la emplearon después en muchos otros países. A través de la manipulación y exacerbación de expresiones de descontento civil, sobredimensionar esa situación y hacerla plataforma simbólica para el desarrollo de operaciones militares encubiertas con el fin de derrocar el gobierno no cipayo. El fin no es estrictamente conquistar el territorio en el sentido tradicional, sino destruir la nación, destruir la resistencia, lograr los mismos “éxitos” que lograron en Libia, en Irak, Afganistán y, en síntesis, en todos los países que el anglosionismo avasalla. Esta doctrina fue empleada en Libia y, además de Siria, en otros países de Medio Oriente, con el nombre de “primaveras árabes”. Los pervertidores del lenguaje le llaman “guerra civil” para encubrir así las operaciones intervencionistas del imperio y hacer parecer como que todo se trata de un problema interno, con una “oposición” armada que tiene legitimidad a partir de una supuesta insatisfacción generalizada con el gobierno, cuando en realidad el anglosionismo ha estado infiltrando su personal y sus mercenarios durante años para luego hacerlos operar en la sedición llegado el momento.
La intervención de Rusia fue frustrando sucesivamente los planes de los Estados Unidos e Israel, por lo que Bachar al-Assad seguirá en el gobierno y Siria no podrá ser fracturada.

-Creación del Estado Islámico:
En alianza con Francia, el Reino Unido de Gran Bretaña, Israel, Arabia Saudita, Qatar, Turquía, entre otros, los Estados Unidos son los creadores del Estado Islámico para Irak y el Levante, a secas, Estado Islámico. Es bajo el gobierno de Obama que la operación “Estado Islámico” se concreta. El EI y todos los demás grupos terroristas takfiríes que enarbolan una ideología supremacista, actúan bajo las órdenes del anglosionismo, son parte del anglosionismo. El anglosionismo les da preparación militar, armamento, inteligencia, apoyo aéreo, y atención médica a sus combatientes. La común ideología supremacista los une, más allá de las diferentes etiquetas, en un mismo sectarismo mesiánico opresor, y es el diferente poder de cada quien lo que ubica a cada uno en un determinado lugar de la pirámide jerárquica del imperialismo anglosionista.
Estados Unidos, una y otra vez, ha traicionado todos los acuerdos de paz que se llevaron adelante en Siria, y cuando se han hecho campañas militares contra el Estado Islámico Estados Unidos las saboteó y, por debajo de la mesa, colaboró con los terroristas.

-Continuidad de la presencia de tropas de los EEUU en Irak y Agfanistán:
Con su habitual grandilocuencia, Obama anunció que retiraría todos los efectivos militares de EEUU en Irak, y que reduciría, con la perspectiva también de retirarlos completamente en el futuro, los efectivos militares en Afganistán. No cumplió ninguna de las dos promesas. Indudablemente que redujo la presencia franca de tropas regulares estadounidenses en esos dos países invadidos, pero no terminó de retirarse de Irak, donde según las fuentes habría aproximadamente 5.000 efectivos, y siguió seriamente comprometido no sólo en Afganistán, sino también en Pakistán, que es uno de los países que más sufre los bombardeos con drones. También hay que notar que en Afganistán es muy fuerte la presencia de las tropas multinacionales de la OTAN, que hacen menos necesario para el imperio anglosionista el destacamento masivo de tropas estadounidenses.

-Militarización de las fronteras con Rusia:
A fines de la década del ‘80 y principios de la del ‘90 del siglo pasado, en las vísperas de la desintegración de la Unión Soviética, en el contexto de los avances en las conversaciones y tratados de reducción de armas nucleares y convencionales, existió un compromiso de la OTAN, como contrapartida al desmantelamiento del Pacto de Varsovia y en correspondencia con la desmilitarización recíproca sobre la cual giraban las negociaciones, de no incorporar más países hacia el Este, los países que, justamente, dejarían de ser parte del Pacto de Varsovia. Este acuerdo, como tantos otros realizados por Occidente a lo largo de su historia, no se cumplió. La Unión Soviética cumplió su parte, pero los Estados Unidos traicionaron el compromiso. Durante las presidencias de Obama la OTAN profundizó los avances hacia el Este que ya habían concretado los presidentes que lo antecedieron. Es así como, además de la incorporación constante de nuevos países, y más allá de la formalidad de institucionalizar o no esta incorporación (concretamente la Ucrania neonazi ha solicitado su ingreso a la OTAN, cosa que no se ha concretado pero, en la práctica, la Ucrania neonazi funciona hoy como otra de las plataformas donde los EE.UU. aumentan de manera constante los destacamentos militares de la OTAN, establecen bases, arman y entrenan a ejércitos hostiles a Rusia), la OTAN sigue profundizando el despliegue y ejercicio de sus fuerzas sobre la frontera de Rusia, de manera constante. A principios de año, poco antes de la asunción de Trump, el último acto de esta deriva fue (aunque más como parte de una operación de propaganda que de despliegue de un poder de fuego efectivo para una ofensiva creíble) el envío a Alemania para su posterior destacamento en los países fronterizos con Rusia, de 2.800 unidades de maquinaria militar y 4.000 soldados norteamericanos.

-Sanciones contra Rusia: en los últimos años la presidencia Obama ha ido deteriorando las relaciones con Rusia. Además del persistente expansionismo propio del imperialismo anglosionista, del cual la desestabilización de Ucrania es uno de los más claros ejemplos, hay aquí una cuota importante de revanchismo e histeria como respuesta a la anexión, legal y legítima, por medios pacíficos a través de un plesbiscito que avasalladoramente se pronunció a favor de Rusia, de la península de Crimea, que hoy forma parte de la Federación Rusa, y ha dejado de ser parte de Ucrania. Como parte de la escalada alimentada por Obama, Estados Unidos y sus vasallos de Europa establecieron sanciones económicas y sobre connotados funcionarios del gobierno ruso. Esto trajo como consecuencia contra-sanciones por parte de Rusia que, lejos de amedrentarse, luego de dos años de sufrir las hostilidades de Obama, hoy está mucho más fuerte. Quienes más perdieron aquí fueron los países europeos vasallos de Estados Unidos, que en vez de defender sus intereses nacionales secundaron la determinación agresiva de los Estados Unidos obteniendo a cambio de ello sólo perjuicios y un ridículo político que se está comprobando en todas las elecciones donde estos políticos títeres de los yankis se presentan, siendo derrotados de manera catastrófica. La maiorneta que es el presidente “socialista” de Francia, Francois Hollande, es el mejor ejemplo de esto.

-Incremento del riesgo de enfrentamiento nuclear:
Es larga la historia de las conversaciones y tratados sobre armamento nuclear entre la Unión Soviética o Rusia y los EEUU. Lo concreto es que quien tiene una doctrina agresiva, fascista, es EEUU, y quien tiene una doctrina defensiva, es Rusia. EEUU va por el mundo invadiendo países y desplegando bases militares, cosa que Rusia no hace, salvo estricta necesidad autodefensiva. Por lo tanto, en las negociaciones, salvo algún que otro período en donde EEUU pudo haber negociado de buena fe para avanzar en un desarme progresivo real y genuino, en la mayoría de los casos las intenciones norteamericanas estuvieron dirigidas hacia romper la paridad de la destrucción mutua asegurada y desbaratar dicha ecuación con la construcción de la posibilidad de dar un primer golpe nuclear pleno y, al mismo tiempo, estar en condiciones de contener la represalia.
Esa es la lógica que explica la mayoría de las maniobras deshonestas y traicioneras de los EEUU, porque en las negociaciones los rusos luchan por mantener la paridad y el equilibrio y los EEUU por romperlo, y cuando los rusos consiguen acuerdos equilibrados, los EEUU hacen trampa. Eso es lo que suele suceder.
En el año 2010 Obama firmó con Rusia un Tratado de reducción de armamento nuclear, el denominado START III, que sería una continuidad de los anteriores START. En ese momento el presidente ruso era Dmitri Medvédev. Concretamente lo que se estableció en ese tratado fue una simple reducción cuantitativa simétrica que no cambió en nada el posicionamiento relativo de cada una de las partes respecto de la otra.
Concretamente, la diferencia entre los rusos y EEUU es que los yankis, al usar como plataformas a países vasallos en Europa y eventualmente también en Asia (¿Corea del Sur y Japón?), están en condiciones de golpear centros neurálgicos rusos con misiles de medio alcance en bases terretres o a través de misiles portados por aviones. Rusia tiene acceso cercano a EEUU a través de su flota de submarinos, de la misma manera que también los EEUU a Rusia, pero Rusia no tiene países que limitan con EEUU donde estén destacados silos de misiles nucleares. Esto significa que el tiempo que puede tardar un misil de corto alcance para golpear a Rusia es mucho menor que el que tarda un misil intercontinental, que son los que Rusia necesita para golpear a EEUU.
El otro elemento que puede romper esta paridad disuasiva de la “destrucción mutua asegurada” es el desarrollo de sistema defensivos anti-misiles, que estén en condiciones de anular los golpes adversarios, buscando así la ruptura del equilibrio.
Todos estos tópicos fueron abordados en la negociaciones realizadas históricamente. Y los acuerdos fueron los siguientes: a través de los tratados SALT (Strategic Arms Limitation Talks), cuyas conversaciones se iniciaron en 1969, se establecieron límites a la cantidad de misiles nucleares intercontinentales tanto desde silos en tierra como desde submarinos, y se estableció el impedimento de desarrollar sistemas de misiles anti-balísticos (Anti-Ballistic Missile Treaty). Es decir, diciéndolo gráficamente, se limitó la cantidad de flechas y, al mismo tiempo, se impidió el uso de escudos, de tal manera que nadie tuviera la suficiente ventaja como para tentarse de realizar un ataque. Estos acuerdos fueron firmados, el SALT I por Richard Nixon y Leónid Brézhnev, el II por Jimmy Carter y Leónid Brezhnev, y el III por Barack Obama y Dmitri Medvédev.
A través del acuerdo INF (Intermediate-Range Nuclear Forces), firmado por Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov, en 1987, se efectivizó la destrucción de 2.692 misiles de rango intermedio, 846 por parte de los EE.UU y 1.846 por parte de la Unión Soviética.
Mediante los tratados START (Strategic Arms Reduction Treaty), iniciados por Reagan y Gorbachov y luego firmados por Gorbachov y George H. W. Bush (START I, 1991) y George H. W. Bush y Borís Yeltsin (START II, 1993) se establecieron acuerdos similares a los que se habían establecido en los SALT. El START III se firmó entre Obama y Medvédev en 2010 estableciéndose límites cuantitativos: las partes se comprometieron a reducir su arsenal atómico en dos tercios, lo que supone limitar a 1.550 ojivas el arsenal de cada una de las partes.
Mediante el tratado PMDA (Plutonium Management and Disposition Agreement), firmado entre Vladímir Putin y Bill Clinton en el año 2000, se estableció la destrucción, por cada parte, de 34 toneladas de Plutonio de grado militar, lo que representa material fisible para construir, en total, 17.000 bombas nucleares. Se estableció que la forma de destruir este plutonio de manera irreversible es utilizándolo como combustible de centrales nucleares mediante su acondicionamiento para actuar como tal, a través de instalaciones específicas en las que Rusia, que cumplió el acuerdo, gastó 240 millones de dólares para su contrucción.
Mediante el tratado SORT (Strategic Offensive Reductions Treaty), firmado entre Putin y George W. Bush (Bush hijo) en 2002, se limitó el total de ojivas operativas a 2.200, es decir, listas para su uso inmediato.
En el año 2002 EEUU anunció su retiro del tratado ABM, el tratado de misiles anti-balísticos. El tratado SORT expiró en diciembre de 2012. Lo que está vigente es el tratado START III firmado entre Mevdéved y Obama en 2010. Además, EEUU no cumplió el tratado de eliminación de plutonio. Mientras tanto, EEUU está desplegando bases misilísticas cercanas a la frontera rusa, que formalmente no son de misiles nucleares sino de sistema de escudo antimisiles (según la declaraciones de EEUU y la OTAN); y ya ha incrementado su presupuesto militar destinado al desarrollo de sistemas de armas nucleares (entre otros desarrollos tiene previsto construir 12 submarinos portadores de misiles nucleares, con un costo unitario de 7.000 millones de dólares) y a la modernización de su arsenal de armas nucleares, donde la estrella de esta modernización es la versión 12 de la bomba nuclear yanki B-61.
En concreto, EEUU desarrolla sistemas defensivos e incrementa sus armamentos ofensivos, amenazando a Rusia con un arsenal nuclear que crece en el borde de su frontera. Porque no es sólo lo declarado y que se filtra a la opinión pública: nadie puede saber lo que se oculta. Concretamente, con el avance en la tecnología de armamento nuclear es cada vez más plausible que un mismo sistema de armas pueda tener cabezas explosivas convencionales o nucleares. ¿Cómo se puede distinguir cuándo es un caso y cuándo es otro?
En el caso de las armas nucleares B-61 12 su característica principal es su versatilidad, ya que puede ser usada como arma táctica o estratégica, dada su precisión y la posibilidad de seleccionar distintos niveles, variables, de potencia. En Europa, tal como informa la Federación de Científicos Estadounidenses, los EEUU mantienen 70 bombas atómicas en Italia (50 en Aviano y otras 20 en Ghedi), 50 en Turquía, 20 en Alemania, 20 en Bélgica y 20 más en Holanda, para un total de 180. Pero en realidad ese número no se sabe con certeza. Si todos estos países son firmantes del Tratado de No Proliferación Nuclear que en su artículo 2 establece que “cada Estado no poseedor de armas nucleares que sea Parte en el Tratado se compromete a no recibir de nadie ningún traspaso de armas nucleares u otros dispositivos nucleares explosivos ni el control sobre tales armas o dispositivos explosivos, sea directa o indirectamente”, y éstos estados violan descaradamente sus compromisos, podemos suponer que mentir sobre la cantidad de armas que tienen no resultará un inconveniente para ellos.
En función de todo lo relatado, la conclusión es que Obama continuó y profundizó la histórica política de hostilidad de la OTAN contra Rusia, y continuó y profundizó el armamentismo nuclear, avanzando en un despligue ofensivo contra Rusia que resulta cada vez más temerario dado que genera peligrosas condiciones de inestabilidad en lo que refiere a la posibilidad de una enfrentamiento con armas nucleares.
Como medida de autodefensa, y ante el incumplimiento de EEUU del tratado de destrucción de plutonio de grado militar, a fines de 2016 Rusia se retiró del Tratado PMDA. Además, por supuesto, Rusia viene desarrollando la tecnología militar al punto de que hoy supera a Estados Unidos tanto en la calidad y potencia de los armamentos nucleares y convencionales. Donde no está mejor posicionada es en el plano geográfico y de la cantidad de armamento.

-Acuerdo con Irán:

-El acuerdo 5 + 1 con Irán (5 + 1 porque son los 5 miembros del Consejo de Seguridad más Alemania) representó el acuerdo de todas las potencias para “enfriar” y mantener bajo control la escalada militar en Medio Oriente de tal manera de evitar un desborde catastrófico, al mismo tiempo que cada parte pudo cosechar los frutos que sólo la paz permite cosechar.
Occidente, a cambio del levantamiento de las sanciones, logró concretar multimillonarios negocios donde Irán invierte una parte sustancial de su renta de hidrocarburos en bienes industriales y de capital fabricados en Estados Unidos y Europa, reportando así enormes ganancias a los grandes monopolios capitalistas occidentales, y generando puestos de trabajo en los países occidentales firmantes. Además, institucionalizó el histórico compromiso de Irán en contra de las armas atómicas.
En el caso de Irán, éste logra el levantamiento del bloqueo a sus exportaciones petroleras y la devolución de activos financieros iraníes que Occidente había incautado. En el plano militar, la potencialidad de esta nación no se ve mermada significativamente por no desarrollar armamento nuclear ya que dicha nación islámica, a través de su internacionalismo patriótico libertador, de sus alianzas de sangre en el marco de este internacionalismo, del propio importante desarrollo armamentista en armas convencionales, y de su numeroso, motivado y bien entrenado ejército, tiene la manera de hundir sus estiletes letalmente en la profundidad de sus principales enemigos regionales y, por extensión, en las posiciones de poder de la geopolítica anglosionista en la región, geopolítica donde Israel no es el único actor aunque, está claro, resulta una pieza central de ella. La paz es un valor más importante para Irán que para Occidente, no sólo por una cuestión filosófica (Irán es una nación pacífica y justiciera), sino porque la guerra, en caso de ocurrir, afectaría al territorio y al pueblo iraní, con las consecuencias dolorosas que toda guerra implica. Recordemos que en los años 80 del siglo pasado Irán resistió la agresión del Irak manipulado por Occidente, y aunque ya resistir en los albores de la Revolución Islámica, cuando nacía la República Islámica, fue toda una proeza de la que Irán salió muy fortalecido en su espíritu… mejor hubiera sido que tal agresión de Irak no hubiera ocurrido, porque tal enfrentamiento se llevó más de un millón de vidas en ambos países, además de millones de lisiados y de desplazados, y de los ingentes daños económicos. En una guerra Irán vencerá, pero eso no significa que Irán no prefiera la paz.
Rusia y China logran consolidar la frontera del proyecto euroasiático en ese punto y concentrarse, especialmente Rusia, en evitar la caída de Siria. Recordemos que el acuerdo fue firmado a mediados de 2015, y Rusia interviene en Siria convocada por el gobierno constitucional y legítimo de Bachar al-Assad a fines de septiembre de ese mismo año.
Tomando cierta distancia de Israel, Estados Unidos con este acuerdo redujo el margen extorsivo del caprichoso parásito hebreo.
La retaliación del sionismo israelí contra este acuerdo y contra los virajes de otras naciones hacia una posición algo más moderada hacia Medio Oriente fueron, tal la típica metodología traicionera del Estado Bandido de Israel, los atentados de bandera falsa y las “crisis” de refugiados en Europa.

-Acuerdo con Cuba:
El acuerdo con Cuba no tuvo que ver con una proyección pacifista de Obama sobre América Latina, sino con un cambio en la disposición del frente de sus ataques, o sea, reconfigurar el conjunto de sus acciones: bajar el tono con Cuba (y hacer muuuuucha propaganda con eso), desactivar la guerra interna en Colombia a través de los acuerdos de paz con las FARC (donde Cuba es fundamental para ellos), y subir el tono con Venezuela que, desde el punto de vista geopolítico, es mucho más importante que Cuba tanto geográficamente, por la extensión y magnitud de Venezuela, como en relación con los recursos naturales, donde la nación bolivariana es la que tiene las mayores reservas de hidrocarburos del mundo. En el marco general significa, como siempre hace el Imperio, conceder poco y nada (recordemos que el bloqueo, que es lo que define la relación de EEUU con Cuba, sigue vigente) por un lado, y utilizar esas concesiones menores como plataforma simbólica para encubrir y disimular los duros golpes que da y planea dar EEUU contra Venezuela.
En términos de la estrategia propiamente dirigida contra Cuba, también representa un cambio en las armas imperiales para lograr los mismos fines: que Cuba abandone el socialismo y se integre plenamente en el capitalismo occidental. En la medida que Cuba vaya virando en el sentido que quiere Estados Unidos, éste irá aflojando el torniquete del bloqueo. Para Cuba representa un avance en el sentido de su legitimación como Nación digna que no puede ser aislada. El desafío para el Imperio es lograr, a fuerza de relaciones mercantiles y de propaganda de la cultura consumista-capitalista, corromper la conciencia revolucionaria del pueblo cubano. Sin duda que el desafío para Cuba es mantenerse íntegra en sus mejores tradiciones revolucionarias.

-Apoyo al Estado Racista de Israel:
Es cierto que en varios puntos fueron claras las diferencias entre Obama y Netanyahu, pero la histórica relación estratégica de los Estados Unidos e Israel se mantuvo. Al final de su mandato, Estados Unidos no vetó, como venía haciéndolo, una resolución de la ONU que condenó la campaña de colonización israelí en los territorios que aún no usurpó en Palestina. Pero al mismo tiempo, tres meses antes Obama había aprobado un memorándum de entendimiento para la asistencia en seguridad con Israel, donde EEUU se compromete a ayudar a Israel con por lo menos 38.000 millones de dólares en diez años, destinados principalmente a la adquisición de equipo militar de avanzada tecnología. Es decir que intentó asegurar por una década por lo menos que EEUU mantenga la financiación de Israel como Estado gendarme del anglosionismo en Medio Oriente.

-Persecusión de Bradley Manning, Julián Assange y Eduard Snowden:
Durante el gobierno de Obama fue descubierta y expuesta de manera pública la manera deshonesta y falsa que caracteriza el comportamiento de los Estados Unidos y, en general, del imperio anglosionista. Esto pudo ocurrir gracias a la actitud de hombres como Bradley Manning, soldado estadounidense que filtró importantísimos materiales que demostraron el comprotamiento criminal de las fuerzas armadas yankis; de hombres como Julian Assange, uno de los principales creadores de Wikileaks, la plataforma colaborativa para filtrar secretos, sitio web donde pudieron ser publicadas bajo anonimato diversas filtraciones muy sensibles (entre ellas las de Bradley Manning, que fue delatado por una persona que lo traicionó, no por Wikileaks); y de hombres como Edward Snowden, analista de inteligencia que trabajaba para la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, responsable también de filtraciones de información muy sensible.
A partir de la acción de hombres como ellos es que quedó en evidencia: que el ejército de los Estados Unidos ejecuta masacres de manera rutinaria y legalizada de hecho en sus estándares prácticos; que el gobierno de los Estados Unidos tiene una descarada práctica intervencionista en todos los países, sin respetar nada, al punto que sus embajadas se constituyen en centros de operaciones de desestabilización del país anfitrión; que el gobierno de los Estados Unidos no respeta ni a sus amigos más cercanos, interviniendo las comunicaciones de jefes de Estado de países como Alemania o Francia; que los Estados Unidos integran un centro de inteligencia multinacional con Australia, Nueva Zelandia, Canadá y Reino Unido de Gran Bretaña, países que comparten entre sí toda la información; que los acuerdos de libre comercio, que se negociaban en secreto, significan la resignación total de las soberanías estatales en beneficio de las grandes corporaciones y la privatización total de todo.
Manning, Assange y Snowden fueron encarnizadamente perseguidos por el gobierno de Barack Obama. Obama, antes de irse, le conmutó la pena a Manning, que será liberado el 17 de mayo próximo, luego de estar siete años preso en durísimas condiciones. Julian Assange ya hace más de cinco años que está asilado en la embajada de Ecuador en el Reino Unido, debido a que Gran Bretaña no brinda el salvoconducto para que pueda vivir en Sudamérica. Edward Snowden está exilado en Rusia. De volver a EEUU, tanto Assange como Snowden, en la actuales circunstancias, sin duda serían duramente castigados, aún con la pena de muerte.

Conclusión
Podrían analizarse también, con detenimiento, las iniciativas denominadas ObamaCare y muchos otros elementos de sus dos presidencias pero entiendo que lo escrito, aunque extenso pero algo incompleto, resulta más que suficiente como para evaluar que las presidencias de Obama no constituyeron una disrupción en la continuidad del régimen imperialista anglosionista, sino su continuidad, con las previsibles contradicciones menores que siempre ocurren.
Obama fue el presidente de los Estados Unidos pero siempre trabajó no para Estados Unidos sino para el imperio anglosionista, que es más grande y contiene a muchos más elementos que el Estado de los Estados Unidos. El imperio anglosionista es una estructura de poder transnacional compuesta por Estados, organismos internacionales, organizaciones paraestatales, organizaciones paramilitares y terroristas, y grandes coporaciones financieras. Estados Unidos, como Estado, hasta la elección de Trump, era una pieza orgánica de una oligarquía gobal que está dispuesta a desatar una guerra mundial por la primacía total.
En relación a las esperanzas que abrigó Obama en sus inicios, con su carisma, con sus características raciales que lo beneficiaron políticamente, con su inteligencia y su gran capacidad de retórica, y lo que finalmente dejó como legado, Obama resulta una gran decepción para quienes le creyeron.
En síntesis, Obama podría resumirse como el gran demagogo en favor del 1%. Como político típico al servicio de la oligarquía anglosionista que lo prohijó, nunca dejó de ser orgánico de las estructuras políticas y del poder real al que pertenece. Sus decisiones no se salieron del encorsetamiento del imperio anglosionista, y puso a Estados Unidos al servicio de ese imperio.
Puede concederse que, al final de su mandato, su supremacismo (el “excepcionalismo estadounidense”) estaba algo desmoralizado y que hubo un ajuste en la política imperial hacia la negociación en determinados frentes, de lo que es ejemplo la negociación con Irán (negociación a la que Israel se opuso), y la negociación con Cuba, pero Estados Unidos siguió profundizando su línea de enfrentamiento contra Rusia, siguió alimentando la tensión en un frente que es el más peligroso hoy para el planeta, por la eventualidad del enfrentamiento directo entre los dos poderes militares más fuertes. Entonces, más allá de Cuba o Irán, gracias a Obama, el mundo siguió caminando cada vez más cerca del precipicio, jugando con un riesgo que Obama hizo más grande.
Afortunadamente, la dilecta candidata de Wall Street, Hillary Clinton, por la que Obama hizo campaña, no pudo imponerse en las elecciones. A pocos metros de la meta, esta vez la “lengua de oro” no alcanzó para hacer ganar la carrera. Y ahora el mundo tiene, con Trump, un poco más de oxígeno para seguir respirando.

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